Un maestro preguntó un día a los novicios cuál era la distancia más larga que tendrían que recorrer en el monasterio a lo largo de su vida. Cada uno probó con algún recorrido y ninguno acertó. El maestro les dijo: «La que hay en el templo entre el fariseo y el publicano».
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1 comentario:
¿Dios no te oye?
Vuelve sobre tus pasos:
al fondo hay sitio.
Un abrazo y que Dios lo bendiga, don Alfonso.
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