domingo, 10 de mayo de 2020

Jn 14,1-12. A dónde, qué, cuál




1No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. 2En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. 3Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. 4Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». 5Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». 6Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. 7Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». 8Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». 9Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? 10¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. 11Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. 12En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre.


El camino por el que vamos en la vida puede encontrarse con algún impedimento o puede llegar a mostrarnos que era una vía muerta o que llevaba a un destino erróneo. Entonces buscamos uno de salida. Ahora lo estamos buscando, una salida a la crisis sanitaria-económica-social-política-internacional en la que estamos. Pero, ¿a dónde queremos ir? Y otra cuestión importante, ¿cómo queremos ir? Porque hay caminos que hay que construir y luego recorrer, como una carretera. Hay otros caminos que no hay que construir y que nos llevan, como un río. Y también está la calidad del camino.

En esta crisis sanitaria-económica-social-política-internacional, queremos saber la verdad. Queremos que no nos engañen, que no nos oculten las cosas, que no intenten darnos gato por liebre, que no nos mientan. Queremos que nos digan la verdad, queremos saber la verdad, pero, a lo mejor, resulta que solamente nos dicen verdades parciales y que nos conformamos con fragmentos o simplemente con una visión global pero hasta cierto punto. Quizás no queremos encontrar la verdad de nosotros mismos que todo esto pone de manifiesto y queremos seguir ocultando la podredumbre de nuestros usos sociales, seguir diciendo lo buenos que somos y lo satisfechos que estamos de nosotros mismos mientras miles pasan necesidades y a otros los matamos antes de nacer o antes de su natural muerte.

En esta crisis sanitaria-económica-social-política-internacional, queremos la vida, queremos seguir viviendo y que no mueran quienes nosotros queremos. Y también recuperar nuestra vida, no la física, sino nuestro modo de vida, la configuración y sentido que le habíamos dado a nuestro vivir. Que la normalidad, de cambiar, que sea a mejor, pero en la misma línea.

Jesús es el camino y la verdad y la vida. Es el camino que nos llevará a buen puerto. Es, en el contraste con Él y a su luz, como encontraremos la verdad profunda de lo que ha pasado y de nosotros mismos. Es la vida plena, quien sostiene nuestra existencia y es el sentido y plenitud de nuestro vivir.

La crisis sí es sanitaria-económica-social-política-internacional, pero la crisis de divinidad la llevamos arrastrando ya desde mucho antes.

No hay comentarios: