domingo, 17 de mayo de 2020

Jn 14,15-21. Portavoz




15Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. 16Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, 17el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. 18No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. 19Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. 20Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. 21El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Muchas veces nos faltan las palabras, no encontramos cómo contar algo que nos ha pasado, la expresión adecuada para transmitir un íntimo rincón. Y nos sorprende y alegra estar leyendo un poema y descubrir expresado eso que no sabíamos cómo verterlo en palabras.

Incluso hay imágenes, sonidos,... que no solamente es que sepan dar carne a eso que parecía inefable, pero que ahí estaba, sino que nos llevan a descubrirlo, es decir, nos hablan de nosotros mismos, ayudan a que nos encontremos.

En una reunión nos puede faltar el camino para que los demás vean nuestras razones, no fríamente, sino con esa capacidad de atracción con que nosotros las hemos descubierto y nos han llevado a la adhesión. Cómo admiramos a quien tiene la capacidad de escuchar nuestros argumentos, comprenderlos y luego exponerlos a los demás convincentemente.

La acción de Dios en estos días ha estado ahí, en los demás y también en nosotros mismos. Pero unas veces, aun conociéndola, no la sabemos contar. Otras veces, teniéndola ante nosotros o incluso en nosotros no alcanzamos a descubrirla. Y, sabiendo lo que ha pasado, qué mermados de capacidad de convincente comunicación nos sentimos.

Necesitamos del Espíritu de la verdad, que nos haga verla y expresarla, necesitamos de ese Paráclito que sostenga nuestro alegato ante los demás, que nos dé palabras para anunciar la resurrección del Señor.


No hay comentarios: