martes, 28 de enero de 2020

Vida oculta

El 7 de febrero se estrenará Vida oculta (A Hidden Life)  de Terrence Malick, una magnífica película que, en buena medida, es la antítesis de Silencio (2016) de M. Scorsese.
Con el característico estilo cinematográfico de su autor, la cinta narra la historia de Franz Jägerstätter (1907-1943), un hombre corriente del campo austriaco, de una sencilla y profunda fe, que le lleva, por conciencia, a negarse a jurar fidelidad a Hitler, a sabiendas de la condena a muerte por traición que le espera.
El drama de conciencia discurre a lo largo de una contenida y constante belleza, que no es el alarde esteticista de un maestro del séptimo arte, sino que todos los recursos empleados están al servicio de manifestar la hermosura de la verdad y la bondad que cobran carne en la vida de un hombre sencillo de familia; drama que va a envolver a los más cercanos, en particular a su esposa, y va a poner de manifiesto lo que hay en el corazón de los hombres.
Con sosegado ritmo, los planos como suave orvallo hacen que vaya calando en el espectador la esencia del cristianismo, que no es otra que la Cruz de Cristo. La voz de los profetas contra el infiel Israel resuena en el pintor que lee nuestro cristianismo mientras restaura los frescos de la iglesia del pueblo; palpitan sobrecogedoramente, tras la vida oculta de Nazareth,  las tres tentaciones y el juicio ante Poncio Pilato, que culminan en un Calvario con guillotina, pasión abrazada por la oración de un hombre que se hace cada vez más profunda y sencilla, más cercana a Getsemaní...
En los tiempos que vivimos y los que se avecinan necesitamos de mártires como éste que intercedan por nosotros para darnos claridad de conciencia y valor para dejarnos guiar por su voz.