domingo, 6 de febrero de 2011

Antífona de comunión TO-V.2 / Mateo 5,5s

Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados (Mt 5,5s).
¿Cómo acercarnos a comulgar? ¿Cómo poder hacerlo? Dios se me da entero, ¿pero hasta qué punto lo recibo? La gracia nos capacita para lo divino, pero así como en lo meramente humano las capacidades debemos ejercitarlas y actuarlas, así también en las llamadas sobrenaturales. Las Bienaventuranzas nos marcan caminos de comunión. Hoy dos sendas.

En la medida que la gracia se desborda en llanto, así comulgamos en mayor profundidad y esto nos lleva a crecer en llanto. Lágrimas que serán muy variadas, pero siempre motivadas por las cosas divinas, no por cualquier otra causa. Llora quien, ante el amor de Dios, cobra noticia del pecado y nace en él, movido por la misericordia divina, el arrepentimiento y entonces las lágrimas lo lavan como si, de nuevo catecúmeno, entrara en el baño bautismal. El llanto y, si fuera el caso, la absolución sacramental nos abren el apetito de divinidad y la capacidad de acoger el manjar del cielo. Dichoso quien así llora, porque, en la medida que lo haga, recibirá el consuelo de la Cruz redentora, participará en el misterio pascual del Señor y caminará al consuelo eterno.

Pero también lágrimas de agradecimiento. Ante tanto don, nuestra pequeñez queda desbordada y se vierte ese más en agradecido llanto. Dichoso el que así se halle, porque recibirá el consuelo de recibir el don eucarístico que lo engrandece, que lo diviniza. Y cuanto más dilatado, mayor capacidad de percibir la distancia entre Creador y criatura, y mayor capacidad de llanto agradecido y, por tanto, de comulgar y así, en ascendente espiral, ir caminando hacia el consuelo de la vida perdurable, en la que solamente hay eterna profundización en el amor divino, sin riesgo ninguno de pérdida.

Quien tiene verdadero apetito de divinidad está sediento y hambriento de justicia, de la divina. Esa justicia que se nos manifiesta en la Cruz. Ahí Cristo recibió el no de Dios a nuestros pecados, pero manifestó también su misericordia en la Resurrección. El verdadero discípulo puede acercarse esperanzado al no de Dios a sus pecados porque, en el misterio pascual, se le ha desvelado que si morimos con Cristo con el resucitaremos; si con Él acudimos en esta vida a recibir lo que en verdad merecemos, encontraremos misericordia. En la comunión, decimos sí a la justicia divina y, al aceptarla, somos saciados de ella. En la Eucaristía, encontramos la muerte del pecador que somos y la vida divina por pura misericordia. Dichoso el que así se acerca, porque será saciado de justicia y misericordia. Y por serlo de ésta, en justicia misericordiosa recibirá el sí en el final juicio, pues gracias al Crucificado, el Padre en el juicio verá, en él, el rostro de su Hijo resucitado.

[Un comentario a la otra antífona de comunión lo podéis encontrar AQUÍ]

12 comentarios:

una madre agradecida dijo...

"...pues gracias al Crucificado, el Padre en el juicio verá, en él, el rostro de su Hijo resucitado."

El comentario de esta antífona me ha trasladado a las palabras de San Juan de la +
“Ya bien puedes mirarme/ después que me miraste,/ pues gracia y hermosura en mí dejaste”. Cántico Espiritual 33.

MJ dijo...

Que bonito
Nunca se me habia ocurrido ver las cosas así..Hoy en mi blog voy a poner una historia que me saca muchas lágrimas, cuando esté terminada os doy un toque para que os la leais

nerea dijo...

¡Ay¡pero que bien me hace el post, gracias Don Alfonso, me quedo meditando.

¡Bienvenida sea
una madre agradecida!
Después de un retiro
muy merecido

Nos encantó verla,
con una sonrisa de oreja.
¡Ay! cómo se notan los retiros,
y por donde van los tiros.

Santa Teresa recibió,
la fecha encendida
en el centro del corazón
y con razón.

nerea dijo...

Perdonar.
La sonrisa es de oreja a oreja

Giocondo dijo...

es decir que justicia divina = misericordia

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Y, en cuanto en Dios no hay divisiones ni partes ni nada por el estilo, en cuanto es simplicidad absoluta, también misericordia es igual a justicia. Pero eso es Dios en sí mismo, pero otra cosa es la comprensión de los atributos divinos desde la perspectiva de la criatura y cómo vitalmente nos situamos ante ellos. Lo importante es que en la Cruz podemos vivir la misericordia y la justicia de Dios, mientras que fuera de ella las disociamos y prescindimos de la misericordia -la soberbia no la necesita- y, entonces, nos encontramos con que, cuando relegamos la misericordia, la justicia es un no, porque separarlas es negar a Dios. Por otra parte, nuestro punto de partida es distinto del de Adán en el Paraíso; nosotros, iniciamos nuestra trayectoria personal desde la lejanía, desde una situación de justa condena y necesidad de misericordia. Y, por rechazar, la justicia, el no, es decir, la Cruz, nos privamos de la misericordia, del sí de Dios. Aunque parezca paradójico, muchos que apelan a la misericordia última de Dios lo hacen desde la justicia, como un derecho frente a Dios y, por tanto, un deber para con los hombres; e incluso como un derecho absoluto que no estaría limitado por nada: absolutismo tiránico y arbitrario de la criatura. Pero no hay resurrección sin cruz y no hay verdadera cruz sin resurrección.

una madre agradecida dijo...

La fórmula :
justicia divina = misericordia es falsa.
El hombre pecador ante la justicia de Dios merece la condenación.
Cristo al morir por nuestros pecados nos libró de esa condena. "Esa justicia que se nos manifiesta en la Cruz. Ahí Cristo recibió el no de Dios a nuestros pecados, pero manifestó también su misericordia en la Resurrección. El verdadero discípulo puede acercarse esperanzado al no de Dios a sus pecados porque, en el misterio pascual, se le ha desvelado que si morimos con Cristo con el resucitaremos; si con Él acudimos en esta vida a recibir lo que en verdad merecemos, encontraremos misericordia."

MJ dijo...

Bendita Nerea!!!: 'la flecha encendida en el centro del corazón y con razón'...

Asi da la vuenta a 'maldita nerea' que es el nombre de un grupo musical del momento: mirad cómo cantan que 'vivimos en un infierno' por no equivocarnos':

http://www.youtube.com/watch?v=lYrC7H4XXjQ


Bendita Nerea!!

MJ dijo...

Empiezo a mirar a la formula desde las perspectivas que teneis

Giocondo dijo...

madre agradecida supongo que el hombre en justicia merece la condenación , eso es de perogrullo, pero me pregunto

Si Dios condena ... y Dios es Misericordia , entonces esa condena es también una obra de misericordia para con nosotros pues todo lo que Dios hace es Amar incluso en la condena ¿no?
eso pregunto ... tú qué piensas al respecto

Alfonso Gª. Nuño dijo...

«Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios» (Jn 3,17s).

Giocondo dijo...

necesito más oraciones para una amiga que decididamente quiere abortar