El honor no es el premio de la virtud por el que se esfuerzan los virtuosos, sino que los hombres se lo tributan a modo de premio por no tener nada mejor que dar. Pero el premio auténtico de la virtud es la misma bienaventuranza, por la que se esfuerzan los virtuosos. Si se esforzaran por el honor, no habría virtud, sino ambición.
jueves, 28 de enero de 2010
Una lección del Doctor Angélico
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2 comentarios:
Mi enhorabuena por su doctorado y
mi deseo de que dé a la caza alcance.
O sea..que ya estas doctorado?
Enhorabuena!
Lo del post de hoy...tiene mas razon que un Santo!
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