Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse. Aleluya (Hch 1,11).
En las estaciones de tren, hay veces que quienes han acompañado al viajero al andén quedan estáticos mirando hacia lo lejos, en la dirección en que se ha perdido de vista el último vagón. Contrasta la velocidad y movimiento del tren con el estatismo de los que quedan.
Los hombres vestidos de blanco (cf. Hch 1,10) que hablan a los discípulos parece que no nos entienden a los creyentes como estacas clavadas ante un Jesús en ida inalcanzable. Él no es el gran ausente. No solamente está con nosotros hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20), es que su ir es un estar viniendo. Y nuestra vida un estar yendo a su encuentro atraídos por su venida.
La vida del creyente, la de la Iglesia, no es de quietud homeostática, sino de tensión dinámica en relación a un punto de atracción: Cristo. Al comienzo de la celebración, este versículo nos mueve a salir de nuestra pasividad y a situarnos en la eucaristía como pueblo activo que peregrina al encuentro de su Señor, que viene.
Los hombres vestidos de blanco (cf. Hch 1,10) que hablan a los discípulos parece que no nos entienden a los creyentes como estacas clavadas ante un Jesús en ida inalcanzable. Él no es el gran ausente. No solamente está con nosotros hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20), es que su ir es un estar viniendo. Y nuestra vida un estar yendo a su encuentro atraídos por su venida.
La vida del creyente, la de la Iglesia, no es de quietud homeostática, sino de tensión dinámica en relación a un punto de atracción: Cristo. Al comienzo de la celebración, este versículo nos mueve a salir de nuestra pasividad y a situarnos en la eucaristía como pueblo activo que peregrina al encuentro de su Señor, que viene.
2 comentarios:
Que bien me vienen estas palabras. Don Alfonso, estamos tan tristes por los acontecimientos que sucede en el mundo y en lo personal y hay veces que sin querer el dolor aborda y sino lo tenemos a él presente nos puede dejar sin saber que hacer, ¿Dios mío por donde empiezo? ¿ Cómo puedo abordar esta situación ? nos preguntamos , y vienen estas palabras:
Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?
Es como decir, ¡Ala , espabila ¡no soy yo tu Padre aquel que vela por ti día y noche.
Hay una canción que canta la hermana Glenda,:
Porqué tengo miedo si nada es imposible para ti, Porque tengo dudas, si nada es imposible para ti, porque tengo tristeza si nada es imposible para ti , tu te hiciste hombre porque nada es imposible para ti ,tu venciste a la muerte porque nada es imposible para ti
Tu estas en la iglesia porque nada es imposible para ti ….
http://www.paxtv.org/downl_docs/videos/hermana_glenda/nada_es_impo/nadaesimposibleparati.html
Me gusta mucho la idea de la estacion que cuentas, cuando uno se va y, tambien la de una carrera de relevos, donde el corredor pasa el testigo a otro para retirarse
y entonces este que es lo que hace? Quedarse mirando al cielo? Eso seria bastante triste sino comico, no?. hay esta el grito de Corre! Corre! y, a menudo lo que corremos, yo por lo menos, es el riesgo de convertirlo todo en algo 'academico', quedarnos mirando pal cielo, pal corredor que nos est hablando ..alelados. Esta bien aprender del Maestro pero..para que? para quedarse paralizado como 'aprendiz pasivo' toda la vida?
Pues De pronto la vida nos pasa el relevo de ser maestros nosotros (esto para los que tenemos hijos o para los recien sacerdotes -imagino- es un reto claro, pero para los demas tambien. Hay gente con mas impetu que otros algunos sin haber oido el Mensaje y deseando ponerse a correr. Nosotros lo hemos oido . Y hay Mas
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