viernes, 27 de febrero de 2009

El camino del reloj de arena

El tono de una sociedad viene marcado por nuestros pequeños síes y noes. Una de las decisiones más importantes que podemos tomar es que sean otros los que lo hagan por nosotros, dejarnos llevar cómodamente por la corriente.

Esto puede parecer algo insignificante. Al abandonarse uno a los flujos de las mareas no se mata a nadie ni se hace nada que pueda parecer monstruoso. La vida, en principio, parece que no cambia.

Y, sin embargo, el ahorrarnos los pequeños síes y noes va formando un creciente montón de irresponsabilidades. Con una pequeña dejación sobre mi vida, he abierto una vía de noes continuos al ejercicio de la responsabilidad.

En los regímenes totalitarios, los grandes crímenes fueron posibles por los muchos que decidieron ahorrarse la molestia de tomar pequeñas decisiones. Los terribles efectos de los pecados mortales se vieron multiplicados por los que decidieron que de forma indolora e inconsciente se fuera sedimentando en su vida un banco de pecados veniales.

Es duro tomar postura frente al flujo dominante. Pero los pequeños noes a lo mayoritario nos van haciendo. Como en la figura de un reloj de arena, conforme uno va tomando postura, el círculo social entorno a uno va decreciendo. Puede llegar un momento en que uno se encuentre muy solo. Pero entonces el círculo empieza a crecer.

Conforme va diciendo uno que no, en lo cotidiano, a una determinada configuración de valores y va apostando por un mundo jerarquizado axiológicamente entorno a Dios, además de ir purificándose de afectos desordenados, va tomando distancia de quienes sostienen la falsa escala de valores. Esto va acercando a la soledad y al solitario encuentro con Dios, pero también al descubrimiento de  quienes no han doblado las rodillas ante los baales (1Re 19).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien describe la situación del que es capaz de ser fiel frente a las opiniones de los demás.
Sí, hay una soledad que a veces duele, pero el permanecer "entero" integro compensa ese sufrimiento.

A veces me veo como los kamikazes en las autopistas.

MJ dijo...

Cuando yo tengo esta situacion me suele dar por preguntarme: tengo yo razón? No es que vea las cosas radicalmente distintas a como las ven otros pero intuyo que mucha gente desaprueba mi forma de ver la realidad o buscar la solucion
se que ellos tampoco pueden darmela..pero la compagnia me conforta. El problema es cuando uno no quiere definir algo que se que no puede definir, pues al hacerlo podria afectar la vida de otra gente. Pero si no lo define alguien lo hara en su lugar y quiza peor que el, con peor resultado, y luego no podra decir que hizo algo ..
Bueno, en el tema que a mi me preocupa, veo en sus definiciones, las de algunos otros, algo hiriente o peligroso y, a la vez lo considero buscando en mi interior..Dios mio, sera que soy tan ignorante que no veo lo que ellos ven? Es que me estoy negando a aceptar larealidad?
Entonces:
Que es mas honesto, seguir lo que yo pienso (por instinto casi o con razon) sin importarme lo que piensen los demas? O tratar de ver si estoy equivocada en mi forma de interpretar la realidad?

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Mrs. Wells, creo que hay que ser fiel a lo que uno ve sin soberbia y con "astucia".
Sin soberbia. Contrastar si uno está o no equivocado, pero no dándole vueltas en la cabeza, sino con una instancia que no sea uno mismo. Puede ser una persona de criterio y confianza. En cuestiones morales, por ejemplo, ver si me muevo en el marco que establecen los mandamientos. Si estoy en la verdad es difícil de saber con total certeza en algunas ocasiones; en esos casos, sabiendo que no la tengo -lo que me da libertad para rectificar cuando descubra que he errado-, al menos garantizar que no estoy en un error, aunque el saber sólo que no estoy equivocado no me dé la seguridad que da el saber que se está en lo cierto.
Con "astucia". Cuando uno ve las cosas desde otra perspectiva y sabe que los demás no ven eso que uno ve, hay que saber con quién se habla. Una persona inteligente estará abierta a lo que tú veas aunque él no lo vea. Pero esto no es lo normal, nuestra mentalidad nos da seguridad y nos aferramos a ella y un punto de vista distinto la puede poner en crisis y, por eso, nos defendemos con uñas y dientes. Cuando alguien se aferra a su modo de ver la realidad acaba confundiendo su interpretación de la realidad con la realidad misma. Al hablar con éstos, tenlo en cuenta y obra con picardía. En estos casos, es mejor lo oblicuo que lo frontal. Y, como escucho D. Quijote en la cueva de Montesinos: "Paciencia y barajar".
Bueno, un poco apresurado y mal redactado pero espero que se entienda.

Sonsoles dijo...

Querido Alfonso:
No se si estoy en el hilo de la cuestión, pero..... bajo mi perspectiva, creo, que decir que si o que no a algo nos da miedo, yo ahora, gracias a que tengo ayuda, estoy aprendiendo a decir que no, a personas que creia que era incapaz de llevarles la contraria, y a pesar de que no estaba conforme, yo les decia sí a todo.
Tomar decisiones, siempre ha sido como un reto para el ser humano, y perdona, pero, a la humanidad le da miedo responder con un "sí" o un "no" por la repercusion que pueda tener su respuesta.
bss