Continuamos glosando al margen lo de la cruz en el colegio de Valladolid. El consejo escolar decidió que hubiera una cruz en las aulas y lo hizo con una motivación muy concreta, porque era símbolo de amor entregado.
Como se ve, la motivación explícita no era religiosa. Si, para simbolizar eso, hubieran decidido colocar la foto de una madre velando a su hijo enfermo por la noche, tal vez no hubiera habido ningún problema. Aunque quién sabe, tal vez algún colectivo feminista se hubiera sentido ofendido por considerarlo expresión de machismo; seguro que el padre está durmiendo plácidamente mientras la madre sufre una secular explotación cultural. O acaso los ofendidos fueran de un sindicato raro de enfermería; de esas tareas se tiene que hacer cargo el Estado, esa madre está quitando un puesto de trabajo.
Y ahora echad la imaginación a volar, pensad en posibles ofendidos con la estampa que he propuesto. Incluso jugad a soñar más símbolos de otras cosas nobles e idles asignando posibles ofendidos. Conclusión, siempre puede haber alguien que se sienta molestado. Hasta la ausencia de símbolos podría dar lugar a una larga lista de agraviados. Propongo que alguien presente una reclamación donde corresponda alegando que una pared sin crucifijo es un símbolo religioso. Se puede argumentar. El vacío es algo muy budista, por ejemplo. Pero incluso es cristiano; basta con fijarse en el estilo cisterciense.
Situarnos, como suele ser muy frecuente en la cultura dominante, en el punto de vista de la sensibilidad ofendida de alguien, lleva a la tiranía de los más sensibles o de quien quiera pasar por tal. Aunque, claro, esto es limitado. Lo vigente es que solamente sean unas cuantas sensibilidades las que puedan alegar ofensa. Y, como el embrión y el comatoso no tienen demasiada sensibilidad, tampoco pueden sentirse demasiado ofendidos. Éstos últimos son los que menos alegaciones pueden presentar. Lo que ofende tiene que ser tasado objetivamente y no subjetivamente.
Por el camino del subjetivismo, me da la impresión de que vamos hacia la dictadura de la arbitrariedad de unos pocos; la sensibilidad obrará como excusa y fatal argumento coactivo: “¿No querrás ofender a fulanito? ¿Verdad?” Habrá que continuar reflexionando, porque aún quedan algunas facetas interesantes por tocar.
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4 comentarios:
Bla, bla, bla...
Palabras que distraen de lo verdaderamente importante.
¿Tanto hiere un crucufijo en un aula? ¿no será que no queremos mirarlo y escucharlo?
Gracias a la imagen de Cristo crucificado he podido entender, sin palabras, lo que es la misericordia de Dios.
La misericordia se conoce por experiencia y nos abrimos a ella mirando continuamente al crucificado.
Es una oportunidad, gracias a esta polémica, de mirar quizá por primera vez a Cristo en la Cruz.
Esto ya ha sido comentado en el blog titulado "mi blog" en un post sobre el mismo tema. Reitero lo que se dijo alli:
Si alguien hubiese puesto un póster representando el pan y el vino, como símbolo del cristianismo en lugar de la cruz, los alergicos al glúten y la brigada antialcohol estarían al acecho.
Digo como símbolo del cristianismo, aunque, como tú dices, el problema es que se tome "el cristianismo" como una ideología más..esto es lo que ocurre en las regiones del sur donde se trata de amalgamar símbolos cristianos judios y musulmanes.
Precisamente los "sensibles" suelen ser partidarios de estas amalgamaciones, porque a mi modo de ver no entienden que no estamos en una competicion de logotipos..
A que son "sensibles" los sensibles a los que no debemos herir?
Que les hiere?
Tu ultimo prrafo sobre la dictadura de la sensibilidad me recuerda a una comida donde se sienten a la mesa un vegetariano, uno que decidio no comer leche, otro que decidio no comer casne ni leche para no engordar porque tienen mucha grasa, uno con un problema cardiaco que le tienen dicho que no coma carne y otro con alergia a los lacteos, estos ultimos pueden morir literalmente en caso de ingerir los alimentos prohibidos..La dictadura de los "sensibles" acaba con todo lo de la mesa excepto por dos productos: carne y leche dejando a estos dos, que no han probado bocado sin opcion: morir de hambre o morir por comer..Asi que los dos mueren
Quien se sacrificó por los demas?
Profundo misterio el que planteas, Mrs. Wells. Unamuno decía que la desesperación de no poder creer, a pesar de quererlo, era lo que llevaba a esas personas a no soportar que otros tuvieran lo que ellos no alcanzaban. Sugerencia que nos abisma más en tu pregunta. Sí, ¿qué será?
A Dios no se le alcanza, el nos alcanza. Y cuanto más queremos cogerlo, más se nos escapa.
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