sábado, 3 de enero de 2009

Propagar y propagandas

Leo dos noticias sobre sendas campañas publicitarias. Una promocionará el ateísmo en los autobuses de Barcelona, siguiendo la estela de los londinenses; la otra ha sido promovida por los obispos holandeses y va dirigida a los católicos que esporádicamente van a la iglesia.

Y me pregunto sobre la adecuación o no del método. Porque la bondad de un medio, de una herramienta, de un útil, etc. no solamente la da la finalidad buena o mala para la que se use, sino también la adecuación o no a ese fin. En los dos casos, la finalidad es distinta, ¿pero es esto suficiente? Un martillo, para partirle la cabeza a alguien, no es lo mismo que para clavar un clavo. Pero cortar pan es bueno y, sin embargo, usar el martillo para eso no es muy adecuado. La finalidad no hace bueno al martillo para ese fin, incluso a martillazos se puede frustrar éste; más que rebanadas de pan, serán migajas.

Sé -vosotros me vais conociendo- que tal vez le dé demasiadas vueltas a las cosas y, al final, puedo acabar encontrándole cinco o seis patas al gato. Pero, bueno, me vais a permitir que le de un poco a la centrifugadora capital. Si me paso de vueltas, no me hagáis caso.

Tengo mis serios reparos en que las campañas publicitarias sean adecuadas para las cuestiones religiosas. No me refiero a anunciar un concierto de una cantata de Bach o una campaña de Caritas. Pienso, sobre todo, en el primer anuncio del Evangelio, pues es lo que propiamente va dirigido a los de fuera de la Iglesia. El que se ha convertido, supongo que seguirá el catecumenado cara a cara en la parroquia o donde sea. El que ha madurado ya suficientemente su fe, lo suyo es que la viva en el seno de una comunidad de creyentes. Aunque todo esto tal vez sea suponer mucho.

Sobre lo que vengo glosando, se me ocurren, a bote pronto, las siguientes razones y no por orden de importancia.

El medio es en buena medida el mensaje. La publicidad abrumadoramente se utiliza en el mundo comercial. Esto convierte, en mayor o menor medida, lo publicitado en un objeto de consumo. El anuncio del Evangelio puede fácilmente quedar convertido en un objeto más entre los muchos que se ofertan en el mercado y, con él, el anhelo de divinidad puede quedar reducido a cualquier otro deseo que puede ser satisfecho en la órbita del consumismo. Esto viene reforzado por el modo actual de vivir la fe; bastante individualista, con unas parroquias que, en buena medida, parecen reproducir el esquema de una empresa de servicios, etc.

En las campañas publicitarias, se delega lo que se debería de hacer personalmente, de tú a tú; aquí es donde debería de estar nuestra fuerza. Esa palabra, que en un momento dirijo a alguien con rostro, ha sido precedida por la acción del Espíritu Santo, pero no solamente; también por una vida que se ha convertido en una interrogante y que está siendo avalada por el amor mutuo crucificado entre los hermanos de fe, que es en lo que se conoce que somos discípulos de Cristo.

Además la publicidad es, en sí misma, algo impersonal. Con terminología de corte orteguiano, va dirigida a la gente y no a las personas concretas. Y quien recibe ese mensaje no ve al que se lo dirige; el emisor es algo impersonal, anónimo.

Los católicos que van irregularmente a la iglesia, ¿qué encuentran en ella? ¿Tan poca vida palpan que hace falta la publicidad? Tal vez la gran campaña empezaría por ser lo que decimos ser. Y, respecto a los no creyentes, otro tanto. Lo que necesitan ver en la Iglesia es la gloria del cuerpo de Cristo resucitado. Y esta visibilidad se la dará el que cobre carne en nosotros el mandamiento nuevo.

Como veis, una vez más, acaso soy un poco exagerado. Con todo, sin embargo, para Dios, una campaña de publicidad no es un obstaculo para obrar a favor de alguien. Aunque tampoco lo son mis pecados.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión la clave está en amar. Que nuestra alma, nuestro corazón, nuestra persona ame. No importa a quien, el caso es que podamos amar. Eso de tener que amar a los de nuestra comunidad es como un poco absurdo,(Cristo dijo que nos amaramos los unos a los otros....que en eso conocerían que somos sus discípulos, pero no creo que eso signifique un amor exclusivista, quiere decir que nos amoemos unos seres humanos a otros) hay que amar a todos, lo que pasa es que claro, será más fácil amar a quien nos ama.
El problema radica también en que la religión hoy en día está muy intelectualizada, todo el mundo sabe mucho, pero pocos aman.

Otro problema es que vivimos en una sociedad con un nivel de ocio ALUCINANTE. Vamos el que se aburre es que es tonto, porque hay donde elegir, amistades de todo tipo a la carta, actividades de todo tipo, deportivas, intelectuales, artísticas....lúdicas, en Internet encuentras todo...

Los problemas son muchos, ¿que podemos hacer? orar honestamente, sin miedo para que Dios nos guie, esforzarnos en concoer a Cristo.

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Estoy muy de acuerdo en todo. Sólo haría un pequeño matiz. En los evangelios, además del amor a Dios, hay tres mandamientos sobre el amor. El amor al enemigo, el amor al prójimo y el mandamiento nuevo.

Éste último presenta varias novedades. Se le llama nuevo, luego no es el amor al prójimo que viene en Lv ni lo ha dicho antes de la última cena. Es además un amor recíproco, mientras que los otros no. Se añade que tiene que ser como Jesús nos ha amado. Por último, se dice que es un signo; en él los demás conocerán que son discípulos suyos. Si esto da a conocer que son discipulos suyos, presupone que son discípulos los que se aman mutuamente. Por otra parte, a quien se lo dice es a los discípulos.

No se trata simplemente de amarse mutuamente, sino mutuamente como Él nos ha amado. Si dos no son discípulos de Cristo, ¿cómo van a amarse mutuamente teniendo como modelo el amor de Jesús?

Son tres mandamientos, ninguno tiene la exclusiva y los tres los tiene que vivir el creyente. En la medida que no se dé uno de ellos, no se darán los otros, pues los tres son expresión del amor divino que ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

En la última cena, hay una petición que guarda un gran parentesco con el mandamiento nuevo: "No ruego sólo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,20s).

Dios quiera que este blog sirva para amarle a Él, para amar al enemigo, al prójimo y para que los discípulos nos amemos mutuamente.

Giocondo dijo...

Pues sí , el Arte propagándístico está al servicio de el faraón , se caracteriza por ser colosal , sí Egipto nos habla de la divinidad, de lo grandioso , pero también de la esclavitud
Dios no necesita propaganda humana, el sol , la luna , el Everest hablan a lo grande de su obra ...
si ponen anuncios para que la gente vaya o deje de ir a la Iglesia , igual consiguen llenar las iglesias o vaciarlas, sobre todo con publicidad subliminal manipulando . Pero Dios no manipula al ser humano
SI vale mi idea creo que las campanas tradicionales a la hora de la misa son lo mejor , y si se puede añadir un gallo cantando pues mira más natural , simbólico ecológico y adecuado ... Jesús mismo le dijo a Pedro que sería esta la forma de despertar su conciencia y no necesitó muchos decibelios ni colorines

Anónimo dijo...

Sin afán de discutir;

- el amor más importante en el Evangelio es el amor a los que sufren y a los débiles: niños, ancianos, pobres, enfermos...

- Siempre he entendido que la novedad del mandamiento nuevo estriba en que ya no hay que amar al otro como a uno mismo, sino MUCHO MÁS A A UNO MISMO, MÁS QUE A LA PROPIA VIDA. Ese es el nuevo mandamiento.

- Cristo nos pide que amemos a los demás como el ha amado a todos, EL ha dado la vida por todos, así quiere que nosotros estemos dispuestos a darla por todos.

- ¿en que se conoce que alguien es dicipulo de Cristo?
en que es capaz de dar la vida, de amar sin fin, por los otros, todos, no solo por sus compañeros cristianos.

Logicamente amamos más al que tenemos cerca porque es prójimo, es decir próximo a nosotros. No vamos a amar más a un habitante de Alaska al que no conocemos.

- Pero creo que el mandamiento nuevo no es tan específico como para referirse a un círculo cristiano.

- Es obvio que con tantos mandamientos de amor, los cristianos nos tengamos que amar unos a toros, ¡¡estaria bueno¡¡

Gracias y de cualquier manera, me encanta la idea, solo pensar que como cristiana voy a ser amada hasta que den la vida por mi, me hace sentirme muy, muy relajada, muy confiada, no se como un niño dentro de esos parques donde dan saltos y volteretas y siempre caen en blando.

DJS dijo...

Interesante cuestión. Personalmente, no encuentro problema en que el testimonio evangélico se distribuya por un medio u otro; ni para que acceder a un medio, en el caso holandés la televisión, haya que usar un canal de comunicación cuyo fin primario es comercial. El mensaje, mientras sea de testimonio evangélico, que se difunda cuanto más y mejor se pueda.

Sobre "propagar" y "hacer propaganda", ahí tenemos a la Asociación Católica de Propagandistas, que, fiel a su carisma, no renuncia a propagar haciendo "propaganda".

Anónimo dijo...

Koobi-fora en tu segundo comentario dices que:

"El amor + importante es para los que sufren, débiles, niños, enfermos, ancianos..." . Ahí estamos todos. ¿Quién no sufre?, ¿quién no está enfermo en el cuerpo y (o) en el alma? etc... TODOS. Nos pide que amemos a todos y a cada uno.

Dices qué lógicamente es más fácil amar a los que tenemos cerca que a los de Alaska, y creo que ahí te equivocas. Es mucho más difícil amar al que tienes al lado, que no sólo no es simpático sino que parece que se dedica a hacerte la vida imposible. Al que procuras no encontrarte en la escalera para no tener siquiera que saludarle. Amar a nuestros enemigos de verdad no es fácil.
Como explica D. Alfonso es “amar COMO Él nos ama”.
Él nos ama a pesar de nuestra miseria, de nuestro pecado, a pesar de ser incapaces de aceptar ese amor gratuito y corresponderle. Nos ama cuando le rechazamos, le negamos, le ignoramos.
¿Quién es capaz de amar así? Jesús nos dio este mandamiento, y no nos pide imposibles, por lo tanto, quiere decir que seremos capaces por Él, con Él y en Él.

Por último, no sólo por ser cristiana vas a ser amada hasta que den la vida por ti.
El que te creó te ama con amor eterno y ya dio su vida por ti. El pagó tu rescate a precio de su sangre.
No por ser cristiana te ama, sino por ser su hija, hechura de sus manos a imagen y semejanza suya.
Aprendamos a amar dejándonos amar por el Amor.

Anónimo dijo...

Querida Mónica:

“Dios no necesita propaganda…”
Dios mostró su gloria en su Hijo hecho hombre.
Nosotros debemos mostrar la gloría de Dios ya que Cristo habita en nosotros.
Sor Isabel de la Trinidad pidió “Que yo sea para El una humanidad suplementaria, que pueda El perpetuar en mí su vida de reparación, de sacrificio de alabanza y de adoración…”
Ese será nuestro atractivo, nuestra campaña publicitaria.

Anónimo dijo...

Para Zaqueo:

Zaqueo:

- No todo el mundo sufre igual.
Te aseguro que hay personas que sufren mucho más que otras, pero mucho más. Aunque antes o después tods suframos algo, siempre habrá personas que habrán sufrido más que otras, sin lugar a dudas, por eso Crsito dijo: tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me diste de beber, estaba preso y no me visitaste...

Gracias por tus observaciones.
bye, bye



No digo que sea más fácil amar a los que tenemos cerca que a los de Alaska:
digo que es lógico amar más a los que tenemos cerca porque los conocemos. A quien no conoces es a los de Alaska, no se como vas a amarles.

Anónimo dijo...

Querida(o) Koobi-fora:

Gracias por tu aclaración.
Tu punto de vista me abre nuevas perspectivas y me invita -como dice D. Alfonso- a mirar desde otro ángulo.

Besos. zaqueo.