sábado, 14 de marzo de 2009

El Mesías de Händel XL



Estábamos glosando Lc 2,9s.13. Cuando conocemos las cosas con nuestra inteligencia, éstas se nos dan en un ámbito, el de la realidad. Éste es el horizonte en el que nos movemos. Pero lo que conocemos y el ámbito en que las conocemos no se nos dan por separado. No conocemos nada al margen de ese horizonte ni tenemos a éste al margen de las cosas que en él se nos dan.

En ese horizonte, en ese ámbito cabría el universo entero. Por muchas miles de galaxias que hubiera, todas podrían ser abarcadas por él. Y, sin embargo, con él no abarcamos a Dios, porque Él lo trasciende todo, es pura santidad.

Cuando Dios nos da noticia de su acontecer en la Historia, a la par, nos dilata el ámbito de conocimiento, nos lleva más allá de nosotros mismos. Ya no estamos en la mera realidad, sino en el misterio. Por ello, me resulta sumamente desacertado hablar de salto tratándose de la fe. No hay que ir a un lugar fuera de nosotros, se nos pone en el misterio a la par que se nos comunica aquello a lo que debemos dar nuestro asentimiento. En la negación, sí que hay un salto, una retracción, un salirse del misterio.

¿Cómo voy a ir de lo que alcanza mi entendimiento a lo que está más allá de él? ¿Cómo voy a entenderla como palabra de Dios y no como mera palabra humana, si no se me pone ahí? ¿Cómo voy a afirmar como palabra divina lo que solamente he entendido como palabra humana? El primer paso nunca es del hombre. Porque se me ha dilatado el ámbito de mi entendimiento puedo escuchar la Palabra como lo que es en verdad, como palabra de Dios y no simplemente como humana; solamente, si se me ha puesto en escucharla como tal, podré asentir a ella como palabra divina.

Los pastores están envueltos en la gloria divina, están en su misterio y en él se les apare el ángel y en él lo escuchan. Y el hombre ante esta novedad absoluta se estremece, queda sobrecogido: "comienzo de la sabiduría es el temor del Señor" (Prov 9,10).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"...se nos pone en el misterio a la par que se nos comunica aquello a lo que debemos dar nuestro asentimiento..."
diciendo "aquí estoy", "hágase".

Giocondo dijo...

wMe gusta lo que dices del salto como cesacertado ¿cuántas veces nos hemos encontrado alguien que nos invitaba a dar ese salto por Dios? y ahora cuando leo tu comentario , XL , digo que tiene una gran talla esta observación, y me quita un gran peso de encima, porque efectivamente lo que es de Dios viene de Él ,