jueves, 21 de mayo de 2009

El Mesías de Händel LV


La primera parte del Mesías termina con una inclusión, pues comienza con el consuelo (Is 40,1ss) y acaba con el alivio (Mt 11,28ss). La segunda etapa va a comenzar con una serie de elementos de continuidad y cambio. Musicalmente la unión con lo anterior viene dada porque es el coro el que canta las palabras de Juan el Bautista:
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Jn 1,29)
Poco antes de concluir la anterior parte, habíamos escuchado desde Is 53,4s una referencia al Buen Pastor y a las ovejas. Pero ahora se va a producir un giro importante que va a dar, de entrada, el tono a la sección central del oratorio. El que cargaba con las ovejas es el Cordero que quita el pecado del mundo y también el Siervo, pues en arameo tanto cordero como siervo se dicen con la misma palabra.

Así pues, Jesús es presentado como quien cumple las palabras de Isaías sobre el Siervo sufriente (Is 52,13-53,12) que, aun siendo inocente, carga sobre sí los pecados de la multitud y se ofrece como cordero en expiación. Por otra parte, es también el cordero que ocupa el lugar de Israel en el sacrificio (Gn 22,13) y el cordero del sacrificio de la Pascua, de la celebración de la liberación de Egipto (Ex 12,1-28). Como cumplimiento de las promesas, lo celebra el cristiano que tiene a Cristo como Pascua inmolada (1Cor 5,7) y es también una imagen de esperanza que remite al Cordero apocalíptico, a la liberación y victoria finales (Ap 5,6.12).

En el gesto del Bautista, todo el Antiguo Testamento está mirando a Jesús y todo él se convierte en una invitación a seguirle a Él. S. Pablo nos dirá que para unirnos a la Pascua de ese Cordero/Siervo, tenemos que quitarnos la levadura vieja para ser una masa nueva, pues la vocación del cristiano es ser pan ácimo en la celebración pascual (cf. 1Cor 5,7).

3 comentarios:

MJ dijo...

Veo muy claro en la sociedad del momento quien es el chivo expiatorio que se utiliza para achacar todos los males del mundo (La Iglesia, a lo que generalmente ella responde con humildad, a veces disculpandose cuando realmente ha habido un fallo por su parte). Al ciudadano se le quiere hacer confundir lo "legal" (lo que le mandan) con lo "moral" y de paso convencerle de que lo peor del mundo es la religión (y el catolicismo en particular) por no acatar esta correspondencia..pues a los mas descastados del mundo, fuera de la ley..etc, no los trata como "malos" y a los jueces y politicos si. Dentro de la Iglesia está el sacrificio pascual renovandose y algunos, muchos, panes acimos (por obra del Espiritu Santo) .
Por otro lado, sabemos cómo afectó Jesús en su vida (y el Espiritu Santo al Bautista, a Pedro, a Pablo..) pero a mi se me ocurre pensar cómo estos personajes afectaron al hombre que era Jesus y como le afectan ahora (.. la Magdalena, por ejemplo, los enfermos que curó.., hoy en dia todos los que se encuentran en situaciones asi) y pienso que ellos fueron y son su estímulo para realizar su vocación de Mesias para la que el Padre lo ha enviado..No se, es una idea, espero que no sea muy rara: Como un Pastor supo hacerse Cordero

zaqueo dijo...

"... la vocación del cristiano es ser pan ácimo en la celebración pascual (cf. 1Cor 5,7)."

Alguien que me quiere bien me mando hace unos años este texto que hoy comparto con vosotros.

"Puede que sea bonito, pero desde luego no es nada fácil HACERSE PAN.
Significa que ya no puedo vivir sólo para mí, sino también para los demás.
Significa que ya no puedo poseer nada, ni cosas, ni tiempo, ni talentos, ni libertad, ni salud, como algo exclusivo: Todo lo mío ya no es sólo mío, es también “de” y “para” los demás.
Significa que tengo que estar, enteramente disponible, a tiempo completo.
Ya no puedo protestar de cualquier modo, por cualquier cosa.
No puedo refunfuñar si me requieren, me molestan o me llaman a cualquier hora y para cualquier cosa.
Significa que debo tener paciencia y mansedumbre.
Como el PAN, que se deja amasar, cocer y partir.
Significa que debo ser humilde como el PAN, que no figura en los platos exquisitos, pero que siempre está ahí, siempre para acompañar.
Significa que debo cultivar la ternura y la bondad, porque así es el pan: TIERNO Y BUENO.
Significa que debo estar dispuesto siempre a sacrificios como el pan que se deja triturar.
Significa que debo vivir siempre en el amor más grande, capaz de morir para dar vida, como el pan.
Que me deje triturar por los que están a mi lado, que me deje amasar… por los trabajos y servicios a favor de los demás.
Que me deje cocer por el fuego del amor y del espíritu.
Así podré ofrecerme a los que tienen hambre.
Ayúdame, Señor, a ser pan para los demás.

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Mrs. Wells, no es una idea rara, sino profunda teología; aunque el uso de afectar, perdón si me pongo puntilloso, podría matizarse.
Cuando Jesús está en Getsemaní ante el caliz que ha de beber, lo que tiene ante sí es a todos y todo el dolor, sufrimiento y mal, no en abstracto, sino el de cada uno y el de todos, y, en ellos, palabra dolorida de la humanidad, escucha la voz del Padre que lo invita a decir Amén a todo lo que los profetas habían dicho de Él, a cargar con todos los pecados. Y esto lo sigue haciendo desde la gloria a través de la Iglesia.