lunes, 4 de mayo de 2009

Antífona de comunión P-DIV


Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya.
De manera excepcional, la antífona de comunión del cuarto domingo de pascua no es un pasaje bíblico, aunque está claramente inspirada en Jn 10,11-18. Lo que en el evangelio son palabras de Jesús sobre sí mismo, se convierten en un anuncio del cumplimiento de lo dicho por Él.

Este anuncio, hecho en medio del clima pascual de la celebración y en el momento de la comunión, es, a la vez, una confesión y una invitación.

La presencia sustancial del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la eucaristía no es una presencia abstracta. Quien está presente es el Buen Pastor y lo está como quien ha realizado ya lo que había dicho de sí mismo. El Buen Pastor ha ejercido su poder de dar la vida y recobrarla. Y lo ha hecho con una finalidad; para su grey, para que nosotros tengamos vida en abundancia.

Esta confesión es, al mismo tiempo, una invitación. Por un lado, a adherirnos a aquélla con nuestro Amén, al comulgar, haciendo nuestra esa confesión. Y, por otro, a comulgar con ese Pastor.

El Buen Pastor conoce a sus ovejas y las suyas lo conocen. Pero no de cualquier manera, sino como se conocen, en el seno de la Trinidad, las tres divinas personas. El Pastor divino ha dado su vida y ha resucitado para que nosotros podamos participar de esa vida trinitaria. La invitación a comulgar lo es a entrar en comunión con su muerte y resurrección y a tener una comunión de vida con Él que nos hace partícipes de la que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La vida de fe es un crecimiento en ese conocimiento mutuo con el Pastor, hasta que, en la vida futura, contemplemos a Dios tal cual es y seamos semejantes a Él.

2 comentarios:

DJS dijo...

Me ha llamado la atención que no se haya subrayado que el "conocimiento" mutuo entre las ovejas y el pastor es explícitamente Amor. La sustitución de "conocer" por "amar" en los dos últimos párrafos ilumina. Creo.

Aprovecho: Enhorabuena por este magnífico blog que sigo prácticamente a diario.

Alfonso Gª. Nuño dijo...

Así es David. Hermosa aportación la tuya. Seremos semejantes a Él que es Amor.