Trae tu mano y toca la señal de los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente (cf. Jn 20,27)Mañana, después de que se hayan proclamado dos apariciones de Jesús resucitado en un solo relato (Jn 20,19-31), con estas palabras el mismo Señor nos invita a acercarnos a comulgar.
Él se hace presente, un domingo más, como en ese pasaje evangélico lo hace dos domingos seguidos. Pero ahora sacramentalmente. Y nos invita a entrar en contacto con Él, a comulgar su cuerpo.
El Cuerpo del Resucitado está glorificado, no ha conocido la corrupción del sepulcro; no ha sido reanimado simplemente el cadáver, como ocurrió con su amigo Lázaro, para volver a esta misma vida y tener que morir. Su Cuerpo ha resucitado y está en la gloria eterna
Pero su cuerpo tiene las señales de su pasión. Su cuerpo es testigo de su historia, porque la corporalidad de un hombre es más que biología, sin dejar de serlo. Y la invitación de Jesús es a comulgar no su cuerpo abstraído de toda circunstancia, sino su cuerpo "pascual", que está unido a su alma humana y a su divinidad; pero que es el cuerpo de Alguien que ha tenido una historia humana, en la que en medio de nosotros ha acontecido la misericordia de Dios.
En su cuerpo glorificado, está glorificada toda su historia y estamos invitados por Él a entrar en comunión con todo Él. El ministro nos dirá: "El cuerpo de Cristo". Y Jesús nos dice que no seamos incrédulos, sino creyentes. Y, si es así, respondemos: "Amén".
1 comentario:
Que grande que escribes esto hoy, porque en otras palabras un poquillo más simplificadas es lo que estamos intentando transmitir a la niña en la Catequesis de Primera Comunion, ya aprendió inclinacin de cabeza y dice "Amén" exactamente como tú dices al final del post..A mi me emociona que Jesús nos haya invitado a todos
(Esperemos que no se le olvide en un mes. reza para que todo vaya bien)
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